Duelo Respetado Podcast con Georgina González Duelo Respetado Podcast con Georgina González

Episodio 143: Dispositivos de recuerdos

¿Puede una imagen capturar el amor eterno? 🩵🩷⭐️

En este episodio especial de cierre de temporada, hablamos con Arnulfo Salazar sobre el poder terapéutico de las fotografías de los Angelitos 🪽

Descubre cómo estos recuerdos visuales ayudan a las familias a abrazar el duelo y preservar el vínculo con sus seres queridos.

- INVITADOS

Arnulfo Salazar

Fotógrafo

- TRANSCRIPCIÓN

Bienvenida, bienvenido a este espacio donde hablamos sobre el pariente incómodo de la maternidad y la paternidad. Yo soy Georgina González, especialista en Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal. Y deseo que encuentres aquí un lugar seguro y respetuoso, para transitar tu proceso de duelo.

Este episodio es muy especial, no solo por nuestro invitado que nos comparte una información súper linda, súper importante, sino también porque el día de hoy terminamos la sexta temporada. En este episodio llegamos al final de esta temporada en la que hemos tenido a grandes invitados y un crecimiento maravilloso a través de llevar este mensaje de hablar sobre el pariente incómodo de la maternidad y la paternidad. Haremos una pausa para estar preparando la siguiente temporada, pero en este inter te comparto que tenemos una fecha muy especial.

El 3 de mayo de hace 4 años salió nuestro primer episodio, el episodio número 1 de Duelo Respetado donde empieza esta aventura de compartir y levantar la voz ante estos duelos silenciados. Quiero darte las gracias por acompañarnos tanto a Karla, productora de este programa, como a mí en esta travesía donde ha habido momentos maravillosos, momentos de reflexión, momentos donde decimos “y si mejor paramos" y momentos donde regresamos con toda la fuerza y con todo el empuje. Y bueno, hoy llegamos al cuarto aniversario de este podcast y quiero darte las gracias a ti que me has acompañado y que compartes lo que hacemos desde este espacio.

Me encantaría que las circunstancias por las que nos reunimos en este espacio fueran diferentes, ojalá fuera porque estamos hablando de otro tipo de temas, porque nuestras historias tuvieran otros giros dentro de esta experiencia. Lamentablemente, esta es la realidad que tenemos, esta es la historia que nos tocó transitar y yo agradezco tu confianza. Agradezco que me permites a través de estos micrófonos, llevarte ese rayito de esperanza a través de tu Noche Oscura del Alma.

Vamos a estar fuera del aire durante unas cuantas semanas y por lo tanto te invito a que sigas muy atenta, muy atento a la página de duelorespetado.com. Suscríbete al boletín, porque ahí te voy a estar compartiendo información sobre cómo vamos a celebrar este cuarto aniversario y sobre todos los programas que tenemos en este momento activos:

  • La guía para transitar la Noche Oscura del Alma

  • #YoTambiénSoyMamá que todo este programa para hacerle este día de mayo, de este día de las madres, un día particularmente especial, y estamos trabajando para que se deje de excluir a estas maternidades

Así que síguenos para que no te pierdas lo que estaré compartiendo más información que mientras estamos ausentes de estos micrófonos ya que será la vía de comunicación a través de Redes Sociales y de la página.

Nuevamente ¡gracias por tu compañía! Comenzamos nuestro episodio.

Geo: Oigan, hoy estamos de súper manteles largos. Yo estoy muy emocionada porque un proyecto que justo cuando estaba en una reunión revisando el tema de la Iniciativa de Ley Cunas Vacías MX y me platicaron de este proyecto en Arandas, Jalisco. Regresé a Guadalajara y dije "tengo que investigar más" y bueno, las cosas se fueron dando y hoy está con nosotros Arnulfo Salazar. Él es investigador, es artista plástico, es gestor cultural y para mí es uno de los investigadores que ha podido poner en palabras y en imágenes un tema que hemos las familias desde nuestra trinchera, hemos tratado de visibilizar, compartir y normalizar.

Y hoy aquí tengo el gusto de que nos acompañe y de que nos platique de toda esta experiencia de la fotografía de los rituales funerarios que se tenían antes en esta zona en la que ambos tenemos la dicha de vivir, que es la zona de los Altos de Jalisco. Arnulfo ¡Bienvenido!

Arnulfo: Muchas gracias, Geo, aquí de verdad emocionado de compartir con ustedes. Y un poquito nervioso por el compromiso que genera el compartir estos temas que luego son tan complejos, pero muy necesarios.

Geo: Tú aquí estás en tu casa, siéntate con toda la confianza y el cariño de esta gran familia, que la verdad, nos ha encantado tu trabajo. Pero a ver, platícanos, en esta investigación que tú haces de los rituales fúnebres para los menores fallecidos en esta zona de los Altos, en un periodo como muy particular. Primero ¿por qué surge el interés de tu investigación y cómo vas ahondando en esto?

Arnulfo: Pues mira, la mayoría de mis proyectos surgen de interrogantes sobre necesidades personales y familiares. En este caso, inicia mi interés hace muchos años quizá inconscientemente, porque en el álbum familiar, en mi casa, existe la fotografía del Angelito de mi casa, una niña que falleció a los meses de haber nacido, que era un año más chica que yo. Estoy hablando por ahí como del 83, 84 más o menos.

Yo era muy chico y la mayoría de mis hermanos, que incluso no conocieron o no se enteraron mucho del tema, para nosotros era un tema del que poco se hablaba, porque en su momento, por la edad que teníamos, no se tocaba. Al preguntarle a mi mamá, sí me comentó que se llamaba Sandra Dolores, que pues que había fallecido.

Para nosotros era normal ese tipo de expresiones en la fotografía, a mí todavía me tocó vivir en los 80´s principios de los 90´s que en el pueblo todavía era común, cuando alguien tenía un angelito, nos decían "llévales estas flores al angelito de Fulanita" o mira, "ahí hay un angelito tendido en la casa de tal, vayan “vayan a acompañar un rato" Durante años me hizo eco este tipo de fotografía, pero no me cuestionaba mucho.

Me empezó a hacer ruido cuando la gente nos preguntaba, oye, ¿y ustedes cuántos fueron de familia? Nosotros fuimos una familia numerosa, fuimos catorce hermanos, pero como el angelito de mi casa, pues técnicamente no estaba en una presencia física con nosotros, nosotros siempre dijimos trece, pero cuando estaba mi mamá presente nos corregía y decía, son catorce, yo tuve catorce, entonces ahí algo se me quedó.

Luego con los años hago mi carrera en artes visuales, empiezo a hacer investigación de incluso mi tesis de licenciatura con especialidad en fotografía, hice fotografías de fetos con malformaciones congénitas, que era un tema que ya me interesaba bastante.

A los años descubro el archivo fotográfico de Pablo Ibarra, un fotógrafo de Arandas, que vivió de 1901 a 1973, y que hizo un registro impresionante de las formas de vida Alteña. Y bueno, pues hicimos un proyecto. En la revisión de los negativos, de más de 80 mil negativos, me encontré una gran cantidad de negativos de Angelitos, sí de difuntos adultos, pero de Angelitos, y a mí me hizo click este tema. Me pareció necesario hacer un proyecto que visibilizara estas expresiones de fe, que nos pusiera a dialogar sobre las formas en las que la gente gestionaba o no sus duelos, y se volvió un tema muy personal, que me ayudó a hacerle un homenaje al dolor nunca dialogado y nunca expresado de mi mamá, así como de muchas madres.

Y entonces, metí el proyecto, participé en un programa que se llama PECDA, que es un Programa de Estímulos para la Creación y Desarrollo Artístico en Jalisco y me dieron la beca, que fue un estímulo como una semilla para poder hacer el libro, y esto fue en pleno COVID. Y cuando me aprueban el proyecto, a la semana fallece mi mamá, y esta situación de que ella falleciera, pues obviamente me confrontó bastante, ustedes saben de lo que hablo, un golpe de esos de los que nunca te recuperas. En ese momento yo dije no, no quiero hacer nada, no quiero hacer un proyecto en el que hable de la muerte porque me duele, porque me confronta, y estuve varias semanas como analizando si rechazaba el apoyo o no, porque me movía muchas cosas, y más porque el proyecto de alguna manera estuvo inspirado en el angelito de mi mamá y porque yo quería al terminar el libro y decir "mira, tu duelo y tu angelito no van a quedar en el olvido" y es representación de tantas madres que no le lloraron en su momento a sus angelitos. Pero dos o tres semanas, luego de un diálogo interno pensé "este proyecto tiene que surgir ahora con más fuerza, porque voy a hablar más del corazón" y como un homenaje para todas estas mujeres, sobre todo de los Altos, que es la región que yo estudio, que murieron sin poder hablar de sus niñas, de sus niños, que por los usos, costumbres y demás tuvieron que callar su dolor y hacer como si no existiera.

Estamos hablando de que la población para la década de 1930 tenía una tasa de mortalidad por cada 1000 morían 178 al nacer. Y de los que lograban llegar a un año, otro tanto fallecían antes de los 5. Entonces, estamos hablando de que cerca del 30% de nacimientos antes de los cinco años, fallecían por cuestiones de salud o por lejanía para acceder a los servicios de salud, por falta de atención así como falta de medicamentos. Y también por temas propios de la zona, a veces un tanto machista, y donde la mujer tenía poca o nula voz en sus procesos.

También el tema del pudor, ya que hasta hace poco, y sobre todo en zonas rurales, el tema del embarazo era tabú. Incluso la gente decía, es que la vecina está en estado y no decían que está embarazada, era como si fuera una palabra pecaminosa y con mucha frecuencia, la comunidad y las familias, se enteraban que estaba embarazada porque veían a la partera. Y así como había pudor con el tema del embarazo, también había pudor con situaciones que se presentaban en el postparto y entonces, con frecuencia las madres fallecían por algún sangrado, por alguna práctica mal realizada, bueno, una cantidad de cosas.Todas estas situaciones derivaron en una alta tasa de mortalidad.

Yo cuando fui haciendo la investigación a la par de las fotografías, me di cuenta de por qué había tanta fotografía fúnebre. Mucha gente que ha estudiado el tema, su entrada metodológica para estudiarlo es la imagen y empiezan a buscar iconografía. Esto es muy frecuente en la historia del arte, la época, la iconografía, las tendencias, pero yo no quería hablar desde la historia del arte ni desde la estética de la imagen. Yo quería hablar de un hecho social que la fotografía evidenciaba. Es decir, en estos temas, para mí, la fotografía no es realmente lo que importa, sino todo lo que le explica ¡Cuántas capas de significados y de lectura llega a tener una fotografía como esta! que es poderosa en sí misma, pero que nos permite hablar de lo que nunca se habló, pero que por fortuna quedó registrado en una fotografía.

Para mi trabajo, seleccioné imágenes de un periodo de 1930 a 1949, donde, en lo general, no se notaban muchos cambios, ni en la forma de ser, de vestir, de organizarse, porque una fotografía del 49 es muy similar a una de 32. Y a partir de los 50 se empiezan a dotar otros cambio. Además para poder alcanzar este universo de imágenes, seleccioné y digitalicé cerca de 650 fotografías de Angelitos en esos 20 años y de ahí se hizo una curaduría para que aparecieran un promedio de 120.

La investigación originalmente estaba pensada a que se hiciera en un tejido de testimonios de personas de 70, 80, 90 años que recordaban o que incluso vivieron un poco de esta época de la que yo quería hablar y que se tejieran esos testimonios orales con las imágenes. Pero sobre la marcha me di cuenta que estaba tan claro, tan estructurado y tan arraigado esta narrativa y estas creencias que prácticamente todos me decían lo mismo, porque todos lo veían igual, porque todos estaban convencidos de que era la forma de acompañar al angelito, de despedirlo y de dar gracias a Dios porque les estaba regalando un ángel.

Yo había considerado 30 entrevistas, pero después de la cuarta o quinta, al ser bastante similar el trabajo, me di cuenta que debía entonces buscar otras salidas en otras disciplinas de las ciencias sociales que me ayudaran primero a mí a entender qué tanto hay, como ahorita decía, por desplegar en mis imágenes. Y entonces le entré por la parte de la antropología social, le entré por la parte de los rituales, entré por la parte de la psicología para entender esos temas de duelo, de la sociología, para entender temas desde la organización social, las relaciones de parentesco. Y bueno, en la investigación traté de hacer como este entramado sin el testimonio, pero también lo que algunas disciplinas de las ciencias sociales nos han ayudado a desdoblar en la significación de un hecho social como este.

El libro al final termina así, con varios cuerpos de texto donde se habla de la región de los Altos, de los elementos identitarios que están bien definidos como son tierra, familia y religión, y cómo esta conformación identitaria y de contexto deriva en práctica como las despedidas de los angelitos. Y se integraron varios de los testimonios que recabé de memoria oral, que los grabé en audio, donde algunas señoras y señores me comentaban "en mi familia hubo seis angelitos", "en mi familia hubo tantos" Hacíamos esto, los vestíamos así, se le llamaban a los padrinos. A los angelitos no se les hacía misa ni un velorio porque al reconocerles su dimensión de pureza, de castidad y de más, al no tener pecado, tiene la gloria ganada de manera directa, entonces sí había que despedirlos, en la alegría de lo que significaba reconocer que Dios a una madre le había regalado a un Ángel y que era la elegida para tener un Ángel.

Recordaron algunos de los parabienes, de los cantos y en el libro, al final, hago un tejido de textos, de descripciones, de hacer una suma de explicaciones y de descripciones y ya luego vienen todas las fotografías en las que al irlas viendo vas a ir encontrando los elementos de los que se hablan. Y así es como el libro llega a producirse.

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